domingo, 25 de abril de 2010

Diario de una pareja de peregrinos: Etapa 12: Castrojeriz a Frómista / 24,3 kms.

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Esclusa del Canal de Castilla en Frómista

Salimos de Castrojeriz muy temprano. No teníamos urgencia alguna, pero sí cierta prisa e ilusión por alcanzar los tres principales hitos de la etapa: Tierra de Campos, el Canal de Castilla y la joya de San Martín de Frómista.

Poco después de salir se inicia una corta pero ciertamente dura subida al Alto de Mostelares. De cierto desnivel, supone una ruptura de la tranquilidad orográfica que veníamos experimentando en las últimas etapas. El reflejo del esfuerzo en las piernas nos obligó a reducir el ritmo e incluso a parar y descansar. Paradas de recuperación física pero también para contemplar las hermosas vistas de la verde vega del río Odrillas y del viejo castillo de Castrojeriz. Llegados al Alto, iniciamos el descenso hacia Tierra de Campos, un tanto dificultado por el barro que las abundantes precipitaciones provocan en determinados tipos de suelo. Las dificultades del barro (que nos recordaron las vividas a la salida de Pamplona) y las vistas de la infinita llanura castellana, el granero de España, nos aconsejaban ir despacio, muy despacio. Ninguna población nos salió al paso hasta llegar al puente sobre el río Pisuerga, que marca la entrada en la provincia de Palencia. Y enseguida, las primeras poblaciones palentinas, como Itero de la Vega, donde hicimos un reparador descanso y Boadilla del Camino (otra vez el apellido jacobeo), población que además de su nada desdeñable bagaje artístico, reúne el interés de ser el punto de encuentro entre el Camino y el Canal de Castilla, que nos acompañará varios kilómetros.

 La infinita llanura castellana de Tierra de Campos

Esta ilustrada obra de ingeniería, iniciativa de Zenón de Somodevilla, Marqués de la Ensenada, y comenzada en 1753, tardó en construirse casi cien años y pretendía (otra cosa son los resultados) facilitar el transporte de cereales en barcazas hasta los puertos del Cantábrico, gracias al sistema de esclusas. El proyecto inicial era unir, aprovechando las aguas del Pisuerga y el Carrión, Reinosa con Segovia, pero las dificultades presupuestarias, políticas y técnicas acortaron el proyecto, que quedó sólo en 200 kilómetros, uniendo Alar del Rey con Valladolid y Medina de Rioseco. La irrupción del ferrocarril y posteriormente los avances en el transporte por carretera hicieron innecesario el uso inicialmente concebido. Hoy se utiliza para el suministro de agua a las poblaciones, como regadío y también como atractivo turístico y deportivo. Para los amantes del senderismo o la bici, al igual que las llamadas vías verdes (antiguas líneas de ferrocarril desmanteladas) el Canal de Castilla ofrece una singular oportunidad de practicar una asequible actividad física en un entorno de paisaje, historia y arte. Impulsados por esos futuros propósitos, seguimos caminando en paralelo al Canal, hasta toparnos con una espectacular esclusa, en las inmediaciones de Frómista.

 San Martín de Frómista, joya del románico palentino

Y a pocos metros, por fin, nos encontramos con la Iglesia de San Martín, joya románica del siglo XI, objeto de detallados estudios especializados pero también obligada referencia en cualquier libro de texto de nuestra época estudiantil. Con la normal añoranza de aquellos tiempos, volvimos a visitar el templo (con entrada gratis para peregrinos, por cierto, un detalle), que nos sigue pareciendo un ejemplo de serenidad, armonía y sentido de la proporción. Sólo sus más de cuarenta capiteles interiores y la sencilla belleza de sus ábsides nos parecen un más que razonable motivo para considerar San Martín como una visita ineludible del turista y del peregrino. Por ello, consideramos un orgullo ver estampado en nuestra credencial el sello de uno de los lugares más bellos del Camino de Santiago.
 M&JF

lunes, 19 de abril de 2010

El obispo Diego Gelmírez


Francis de Blas:  Retrato imaginario de Diego Gelmírez, obispo de Santiago (Óleo, 81 x 65cm.)

Ver también: EgeriaEl maestro Mateo

  3.6.- El obispo Gelmírez. Don Diego Gelmírez fue quizá el personaje clave de Compostela. Hombre listo, dinámico, intrigante, decidido, hábil. Estuvo metido en todos los líos de la época, y salió triunfante de unos y escarnecido de otros, pero dejando siempre su impronta allí donde intervino. Por eso, este personaje novelesco, típico de su tiempo, quedó grabado para siempre en el recuerdo de las gentes de Compostela.

Gelmírez fue propuesto para obispo allá por el año 1100, sucediendo al depuesto Diego Peláez; pero él, seguramente en una calculada maniobra que le permitiera granjearse apoyos y fama, se negó a aceptar el nombramiento. Entonces los electores tuvieron que redoblar su entusiasmo y sus ruegos hasta conseguir que el hábil Gelmírez cediera, y cuando lo hizo fue, claro está, con todo el apoyo general que él deseaba. Sin embargo, dada la situación creada por los trapicheos de su antecesor (el rey Alfonso de Aragón, enemigo declarado del obispo y de Compostela, impedía el paso hacia Francia), no pudo acudir a Roma para su consagración que tuvo que ser en Santiago de manos de un legado pontificio.

Gelmírez con el rey Alfonso VI. Miniatura del tumbo Toxos Outos

Durante la etapa Gelmírez las obras de la Catedral avanzaron a buen ritmo y se comenzaron otras muchas como el palacio episcopal, un claustro que nunca llegó a construirse y varias iglesias antiguas que se restauraron y remozaron. También levantó una residencia para canónigos, en el sitio donde hoy está la Casa de la Conga, quizá para congraciarse con ellos y granjearse su apoyo en los acontecimientos que estaban por llegar pues, como ya dijimos, estuvo metido en cuanto jaleo político hubo en su tiempo, que fueron muchos.

Pero de todos los asuntos en que Gelmírez estuvo metido, ninguno tan dilatado, trabajoso y rico en aventuras como la exaltación a metropolitana de la sede episcopal. Veinte años luchó por conseguir el objetivo, veinte años durante los cuales no desperdició ocasión que pudiera servirle, ni dejó de atraerse a persona que pudiera ayudarle; antes bien, como consumado político, se valió de ocasiones y de personas con su reconocida pericia (Torrente Ballester).

El papa Calixto II, gran amigo de Gelmírez

Así pues, no llegó de golpe el reconocimiento de la eminencia compostelana, o lo que es lo mismo, el cumplimiento de la mayor ambición personal del prelado: la búsqueda de un mayor lustre y renombre para Compostela. Sus sospechas debía tener Roma ante la actitud de Gelmírez pues gente había que le acusaba de ser, por encima de otras cosas, católico, apostólico y compostelano... Pero, finalmente, siendo Papa Calixto II, antiguo amigo de Gelmírez, se accedió a dar jerarquía arzobispal a la sede Compostelana en detrimento de la diócesis emeritense, entonces en zona musulmana.

Como opinión sobre la personalidad de Gelmírez queremos dejar la de Menéndez y Pelayo, para quien el obispo era: ...francés de corazón, todavía más que gallego; idólatra de la cultura transpirenaica, representada por los cluniacenses, la que quiso adaptar a su pueblo, para el que soñaba con la hegemonía civil y eclesiástica de las Españas, simbolizada en la mitra que ceñía y cuyos honores y prerrogativas amplió a toda costa sin reparar en medios, más como gran señor feudal que como custodio de la tumba del Apóstol.

Gelmírez, tras los problemas que siguieron a la deposición anticanónica de don Diego Peláez, fue nombrado administrador de la sede compostelana en 1096. Cuatro años más tarde, en el 1100, fue elegido obispo, pontificado que duró hasta 1120; en ese momento la iglesia compostelana pasó a ser metropolitana y Gelmirez continuó, ya como arzobispo, hasta el año 1140. ¡Toda una etapa!

jueves, 15 de abril de 2010

Diario de una pareja de peregrinos: Etapa 11: Hornillos del Camino a Castrojeriz / 20,9 kms.

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Si en la etapa pasada fue la nieve, en esta tocaba lluvia

El temporal de nieve que se abatió sobre España en esas fechas nos obligó a suspender la ruta. Ya sabemos que el hombre propone y Dios dispone…El caso es que tras el forzoso parón, pero también con lluvia y ocasionalmente aguanieve, reanudamos el camino en Hornillos, localidad burgalesa que también, como tantas poblaciones por las que hemos pasado, lleva el apellido “Del Camino”. Vestigio de la traza histórica de la ruta jacobea, al igual que otros muchos pueblos, su estructura responde casi al mismo patrón; una única calle en la que se ubicaban la iglesia, el albergue hospital, las casas y los artesanos, fundamentalmente para atender las necesidades de los peregrinos. Hoy, siglos más tarde, sigue respondiendo al mismo modelo, con las lógicas variaciones derivadas del crecimiento demográfico y la propia estructura socioeconómica del pueblo. Aún vinculado al Camino, Hornillos, como tantos pueblos de la Castilla profunda, lucha por encontrar un modelo económico con que combatir la lacra de la despoblación y el abandono.

Camino de Castrojeriz

Con el pensamiento puesto en las consecuencias, también en el rural, de la deslocalización, aunque sobre todo interior, reanudamos la marcha. San Bol y Hontanas serían las siguientes etapas de una ruta marcada por la meseta y el páramo castellano. Infinitos campos de cereales a ambos lados del camino se suceden sin apenas diferencias entre ellos. Pero el peregrino sabe apreciar la belleza allí donde se encuentre, como en los aislados y escasos árboles que resguardan la fuente de San Bol. Y entonces el peregrino recuerda los viejos versos de Antonio Machado:

Al olmo viejo, hendido por el rayo y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina al tronco carcomido y polvoriento.
Antes que te descuaje un torbellino y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.

Como al viejo olmo de D. Antonio, también a esos pueblos quizá les quede una esperanza, una rama verdecida. Con esos deseos seguimos atravesando el páramo hasta llegar a Hontanas. Después, otra vez bajo la fría lluvia, cruzamos bajo el arco del semiderruido Convento de San Antón, a la vista ya de Castrojeriz. En esta ciudad, última localidad burgalesa del Camino y a los pies del cerro donde aún subsisten las ruinas de su castillo, visitamos la colegiata de la Virgen del Manzano y las Iglesias de Santo Domingo y San Juan, góticas ambas, la primera con detalles platerescos. Y concluimos la jornada en el moderno albergue municipal donde, a la espera de entrar en la siguiente etapa en Tierra de Campos, cumplimos con el rito del sellado de credenciales.

A veces, algunas veces, el Camino se hace duro...
M y JF

miércoles, 14 de abril de 2010

El obispo Diego Peláez

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Planta de la catedral comostelana en tiempos de Diego Peláez

3.5.- El obispo Diego Peláez. A este obispo y señor feudal le cabe el honor de haber comenzado las obras de la catedral actual. Su episcopado tuvo de todo menos tranquilidad, hasta el punto de que fue juzgado y depuesto de la silla episcopal. Las causas inmediatas que provocaron su caída y encarcelamiento son complejas (se le acusaba de querer entregar el reino de Galicia a un monarca extranjero) pero en el fondo habría que referirse a las dificultades de compaginar los dos señoríos, laico y espiritual, que él ejercía.

Pero traemos aquí al obispo Diego Peláez no por sus problemas con la justicia sino por ser el impulsor de un nuevo templo, grande y noble, capaz de albergar a la gran cantidad de peregrinos que llegaban de todo el mundo. No sabemos en qué medida el resultado de la nueva catedral procede de las ideas originarias del obispo, pero sin duda, él sería el que diera las instrucciones preliminares a los maestros arquitectos sobre dimensiones y formas. Por otra parte, la construcción del nuevo templo invadía zonas cuyos derechos correspondía a la Comunidad de Altealtares, donde era abad el virtuoso San Fagildo. La consiguiente disputa jurídica se alargó en el tiempo y mal hubieran ido las cosas si, finalmente, un oportuno acuerdo entre las partes no pusiera paz y permitiera levantar la nueva y grandiosa fábrica.

sábado, 10 de abril de 2010

San Pedro de Mezonzo, compositor de la Salve Regina

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Las campanas de Compostela son trasladadas a Córdoba a hombros de cristianos

3.4.- San Pedro de Mezonzo, obispo. A este santo, que había sido abad de Antealtares antes de ser obispo, le tocó vivir como prelado el terrible momento del ataque de Almanzor a la ciudad. El capitán musulmán, llamado El Vencedor, llegó de Córdoba poseído de tal espíritu destructivo que no dejó piedra sobre piedra, ni madera sin quemar.

San Pedro de Mezonzo no era militar ni tenía espíritu de tal, y por eso huyó con sus ciudadanos a los montes próximos desde donde presenciaron como las llamas lo devoraban y destruían todo. Allá, entre el humo, dicen que Almanzor aprovechaba para abrevar su caballo en la pila bautismal mientras los cautivos cristianos cargaban a hombros las campanas de la destruida catedral para llevarlas hasta la lejana Córdoba. Sólo, dicen, quedó intacta la tumba del Apóstol, quizá como milagro concedido por el Señor ante los rezos de quien sería el compositor de la bella Salve Regina.

Almanzor, terror en el cambio de milenio
 
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Hijo de su tiempo.— Tiempo de señores y de siervos, nació, con el signo de la servidumbre, en Curtis (Coruña), al pie del palacio en donde servían sus padres: Martín y Mustacia, allá por los años de 930.

Y vivió siempre bajo ese mismo signo de servidumbre; pues sirvió a sus amos, don Hermenegildo y doña Paterna, como "capellán"; sirvió a los monjes benedictinos en Mezonzo, Sobrado y Antealtares, como abad; sirvió a la diócesis compostelana como obispo, y sirvió a Dios como fiel cristiano.

Porque fue siervo toda su vida, terminó como terminan los humildes: señor de sí y de los demás: Santo.

Santo de su tiempo (930-1003).— Grabó en el recuerdo de sus coetáneos cuatro imágenes vivas de su figura santa: imagen de cortesano santo; imagen de monje santo; imagen de abad santo; imagen de obispo santo.

Imagen de cortesano santo.— Hasta los veintidós años vivió con los señores de sus padres. Y su fidelidad, su honradez y su piedad debieron ser muy acendradas, puesto que a sus dieciocho abriles los infantes le nombraron su "capellán" para que custodiase sus tesoros, y sus alhajas, y sus vasos sagrados, y sus vestiduras sacerdotales... En ese oficio de cortesano fiel mereció la gracia del llamamiento divino y puso los cimientos de su santidad monacal.

Imagen de monje santo.— Cuando don Hermenegildo y doña Paterna ingresaron en el monasterio de Sobrado, fundado por ellos, Pedro vistió la cogulla en Santa María de Mezonzo, a unas dos leguas de Curtis. Contaba entonces veintidós años. Lejos del ruido del mundo y de las comodidades de los castillos, se dedicó de lleno al estudio y a la oración. De su aprovechamiento en las letras y en las ciencias nos dejó constancia el Cronicón Iriense al llamarle: "Monasterii Mosonti sapientem monachum" (monje sabio del monasterio de Mezonzo). De su espíritu de oración nos habla el hecho de que el abad le eligiese para el presbiterado (el 9 de julio del 959 ya firma: "Petrus Presbyter").

Imagen de abad santo.— A sus treinta y seis años empuñó el báculo abacial de Sobrado. El estudio y la oración de Mezonzo le habían hecho acreedor a tal dignidad. Y su gobierno no debió defraudar a los monjes, puesto que, a los pocos años, su fama le llevó a la abadía de Antealtares, el Montecasino medieval en el noroeste de España. En Antealtares fue confidente de San Rosendo, obispo de Compostela por aquel entonces. Y dirigido por él, se hizo un padre para los monjes, un maestro para los sabios y un modelo para todos.

Imagen de obispo santo.— Tenía cincuenta y cinco años cuando todos los "Seniores Loci Sancti" —canónigos de Santiago— le eligieron obispo. Fue el mejor elogio a su prelacía en Antealtares. Y el mejor acierto en aquellos días en que Compostela precisaba un obispo sabio, celoso y santo. De su episcopado nos quedan como recuerdo la salvación de las reliquias del Apóstol y del mobiliario litúrgico compostelano cuando la invasión de Almanzor, la edificación de la iglesia de San Martín Pinario, la reedificación de la de Curtis —su pueblo natal—, la restauración de la catedral y la paz que logró para Galicia entera con su oración, con su sacrificio y con su predicación.

Santo, con un estilo de santidad característico de su tiempo.— El temor: San Pedro de Mezonzo explicó su primera lección desde la Cátedra del Hijo del Trueno sobre el primero de los doce grados de humildad que San Benito exige a sus monjes: el temor de Dios. Lección verdaderamente oportuna. Pues los normandos amenazaban por el norte. Por el sur llegaban rumores de que los moros codiciaban las riquezas de la ciudad del Apóstol. Doctos e indoctos interpretaban falsamente el Evangelio, creyendo que el año 1000 acontecería el fin del mundo. Reinaba un pánico general. Un pánico terrorífico que despoblaba las ciudades y villas y abarrotaba los monasterios. Un pánico que multiplicaba los cilicios, y los sayales, y la ceniza... En ese medio ambiente se oyó la voz del nuevo obispo, recomendando y bendiciendo el temor, pero desaconsejando y condenando el miedo al castigo, presentando a Dios como un Padre que ama a sus hijos y quiere premiarlos, y del que sólo hay que temer la pérdida de su amor o la pérdida de sus premios; no como un juez vengador y sin entrañas que acecha a sus súbditos para castigarlos sin motivo.

Ese temor, alimentado por el deseo sincero de agradar a Dios, por la confianza filial de su paternidad y por la esperanza de la recompensa, fue el temor que animó a San Pedro de Mezonzo. El que le obligó a firmar sus órdenes y escrituras: "sub pondus timoris Dei" (bajo el peso del temor de Dios). El que le condujo a esa santidad que sancionó la opinión pública y que aprobó la Iglesia al inscribirle en el catálogo de los santos.

La tradición ha registrado dos pruebas fehacientes de lo reverencial, y de lo filial, y de lo confiado de su temor: la leyenda del monje solitario y la Salve.

La leyenda del monje solitario la relata así López Ferreiro en su Historia de la S. A. M. Iglesia de Santiago: "Los muslimes seguían avanzando, y el 10 ú 11 de agosto (del año de 997) dieron vista a los muros de Compostela. Se acercan cautelosos, pero advierten con sorpresa que las torres y las almenas se hallan desiertas, y que no ofrecen la menor señal de resistencia (San Pedro había juzgado más prudente evacuar la ciudad con todo cuanto de precioso y digno de estimación se encerraba en ella y guarecerse en el interior del país, al abrigo de una áspera sierra, en donde sería más fácil burlar al enemigo, gastar sus fuerzas, agotar sus recursos y obligarle a la retirada). Penetran en la ciudad y notan la misma quietud, la misma soledad, el mismo silencio. Se dirigen al templo del Apóstol, y lo ven también abierto y abandonado. Unicamente al pie de la tumba de Santiago hallan postrado a un anciano monje en actitud de orar.

—¿Qué haces aquí? —le interroga Almanzor.
—Estoy orando ante el sepulcro de Santiago —contestó el monje.
—Reza cuanto quieras —replicó Almanzor—. Y prohibió que nadie le molestase; y aún se añade que puso guardias cerca del sepulcro para impedir cualquier desmán y atropello".

Los comentarios huelgan. San Pedro no tiene miedo a enfrentarse con el Señor. En vez de escapar como todos, baja a la catedral, se pone en la presencia de Dios, le adora de rodillas, le cuenta su tragedia como a Padre, le pide remedio, pone por intercesor al Apóstol... y confía. Ese era su temor de Dios,

La otra prueba de la santidad de su temor es la Salve. Porque la Salve —esa oración mariana compuesta por San Pedro— es el canto del temor. Pero el canto del temor reverencial, del temor filial, del temor confiado... Del temor santo. Su autor se retrató en ella. Veámoslo.

La violencia furiosa y pagana de los normandos y la avaricia sanguinaria y antirreligiosa de los musulmanes obligaron a las gentes a buscar y esperar la tumba y la ultratumba entre las peñas de las montañas (temor servil). San Pedro, en vez del camino de la fuga, cogió el camino del altar de la Virgen. Y, ante él, la saludó: "Dios te salve". Reconoció su realeza y su poder: "Reina". Excluyó de Ella todo espíritu de castigo y de venganza: "Madre de misericordia". Le hizo una reverencia en tres tiempos y con tres piropos: "Vida, dulzura y esperanza nuestra". Y la volvió a saludar: "Dios te salve" (temor reverencial).

La peste, el hambre y la guerra que cundían por Europa, y el recuerdo de los desastres privados, familiares y sociales ocasionados por los normandos y los moros, condujeron a los gallegos al caos popular y al miedo a Dios (temor servil.) Sólo San Pedro no perdió el control de sus nervios y la serenidad de su espíritu. Oró a Dios cabe el sepulcro del Apóstol, como vimos arriba. Y expuso sus cuitas a la Madre de Dios, cabe su altar, de esta manera: "El arcángel nos arrojó del paraíso terrenal, al arrojar a nuestros primeros padres, Adán y Eva, y, errantes, andamos por el mundo: "A Tí llamamos los desterrados hijos de Eva". El mundo sólo nos brinda cardos y abrojos, trabajo y dolor: "A ti clamamos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas". Eres Reina y Madre de misericordia. Como Reina puedes poner remedio. Como Madre de misericordia quieres hacerlo: "Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos" (temor filial).

La hecatombe del país, el relinchar de los caballos y el chirriar de los carros de batalla, los sueños con armas y el olor a muerto hicieron que la generalidad de los hombres viese anticristos por todas las esquinas, creyese encima el fin del mundo, desesperase de la salvación (temor servil). El obispo santo fue el único que no se dejó arrollar por las circunstancias. Al contrario, se aprovechó de esas mismas circunstancias para pedir a su "Esperanza": "Y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre" (temor confiado).

Ese fue San Pedro de Mezonzo. Un santo amante de su patria chica. Un santo defensor de su Patria grande. Un santo religioso cien por cien. Un santo apóstol a lo Hijo del Trueno. Un santo con temple de su tiempo. Un santo, santo de verdad.

CESÁREO GIL: http://www.mercaba.org/SANTORAL/Vida/09/09-10_S_Pedro_de_Mezonzo.htm

viernes, 9 de abril de 2010

Diario de una pareja de peregrinos: Etapa 10: Burgos a Hornillos del Camino / 21 kms

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¡Nieve!
El presagio del frío viento del norte de la etapa anterior se confirmó. Una intensa nevada había caído durante la madrugada y, aunque débilmente, aún nevaba cuando iniciamos la marcha. Resultan inolvidables tanto los blancos paisajes urbanos burgaleses como los campos, que atravesamos pisando nieve virgen. Olvidando las dificultades de la travesía y el intenso frío (hasta -9ºC), disfrutamos de una maravillosa etapa, en la que la nieve fue la auténtica protagonista. Los pueblos, los campos y el camino, teñidos de blanco, se sucedían ante nosotros que preferimos admirar tal belleza que protestar por la mala señalización del Camino, consecuencia de las muchas obras que encontramos a la salida de Burgos. Obras en las que hay prioridades y el Camino, desgraciadamente, no parece ser una de ellas.

¡Más nieve!
Hundiendo nuestras botas en la nieve, muchas veces hasta la rodilla, avanzamos lentamente hacia Villalbilla y Tardajos. Las muchas carreteras y vías de ferrocarril que se salvan en la ruta parecían abandonadas, sin uso. La intensa nevada había hecho cortar alguna de ellas o desaconsejar su utilización. Por ello nuestra travesía resultaba sobrecogedoramente silenciosa. Sólo se oía el suave crujir de la nieve bajo nuestras botas, el silencio de la nieve.

Con esa obligada lentitud, pero también aprovechando la serenidad y la belleza del paisaje y a veces los juegos, seguimos avanzando hacia Rabé de las Calzadas, otrora un nudo de comunicaciones romano; allí confluían las rutas hacia Reinosa (Juliobriga) y Coruña del Conde (Clunia).

¡Y más nieve!
Después de reponer fuerzas y calor, con un bien caliente café, reiniciamos la marcha hacia Hornillos del Camino, que decidimos sería el final de la etapa. Más corta de lo previsto dadas las condiciones climatológicas. Pero para ello nos quedaban algunos kilómetros entre la inmensidad del páramo y una blanca pista apenas perceptible por las rodadas de los tractores agrícolas, junto a estos peregrinos, únicos transeúntes del camino. Para los agricultores y ganaderos, para la gente del campo, no hay juegos ni dificultades ni excusas. Una vez más, nuestra admiración por ellos.

Tras una larga paramera, la pista inicia un suave descenso. A lo lejos, en medio de los inmensos campos nevados, ya se adivina Hornillos, típico pueblo-camino, con la mayoría de las casas dispuesta a ambos lados de una única calle. Las bajas temperaturas habían transformado la nieve en hielo y la calle en pista de patinaje. Con el necesario cuidado avanzamos hasta descubrir cerrado el albergue de la localidad lo que nos obligó a buscar alojamiento en un pueblo próximo, Estépar, donde cumplimos con el rito del sellado de credenciales y dimos por concluida la jornada.
M y JF

martes, 6 de abril de 2010

Núñez Feijóo, Esperanza Aguirre y Juan Vicente Herrera impulsan el Camino de Madrid

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La EOV presente en el acto de apoyo al Camino de Santiago desde Madrid.

Miembros de la Orden da Vieira con los tres presidentes (foto: Baffypress).

El presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, firmaron ayer una declaración institucional para la promoción y divulgación del Camino de Santiago de Madrid coincidiendo con la celebración del Año Santo Jacobeo. Para impulsar esta iniciativa, los tres presidentes se citaron en el Valle de la Fuenfría, en la localidad de madrileña Cercedilla, para recorrer cerca de 800 metros del Camino de Madrid.

El presidente castellano y leonés manifestó que su Gobierno «asume la defensa del Camino de Madrid como parte de sus obligaciones con los peregrinos, con las poblaciones jacobeas y con todo cuanto significan de patrimonio los caminos a Santiago por Castilla y León». Herrera consideró «reduccionista» pensar que «sólo el Camino Francés, que es muy importante para nosotros, y que lo llevamos en el corazón, debe llevarse los honores».

Herrera durante su intervención aseguró que el acto «significa hermanarnos aún más si cabe» sobre todo «comprometernos» con un camino que forma parte de «nuestros respectivos patrimonios. A su juicio, el hecho de que tres presidentes de comunidades autónomas asuman el «compromiso de cuidar, de difundir, de potenciar el Camino de Madrid como una de nuestras vías que, en este caso, desde la iglesia de Santiago de la capital de España conduce Compostela» supone «algo extraordinario, desde el punto de vista de los fuertes vínculos» que unen a las comunidades de Castilla y León, Madrid y Galicia, y que han determinado «este mestizaje».

77 kilómetros de ruta

Por su parte, la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, subrayó que el número de peregrinos madrileños llegará este Año Jacobeo a los 25.000 frente a los 17.000 de 2009. Según Aguirre, estos senderistas partirán de Madrid hasta tierras de Castilla y León con el objetivo de completar la ruta en Santiago de Compostela. La Comunidad madrileña es la que más peregrinos aporta a la ruta, informa Ical.

Por último, el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, subrayó que el Camino de Santiago es «patrimonio» de toda España y también una «oportunidad» para todas las comunidades. Feijóo reiteró que «los caminos de Santiago no tienen fronteras, unen y no dividen».

El Camino de Madrid parte de la Iglesia de Santiago, en el centro de la capital, y atraviesa siete localidades: Tres Cantos, Colmenar Viejo, Manzanares el Real, El Boalo-Cerceda-Mataelpino, Becerril de la Sierra, Navacerrada y Cercedilla. Los tres presidentes rubricaron la Declaración acompañados por un buen número de alcaldes de los 36 municipios de Segovia, Valladolid y León por los que discurre el Camino de Madrid en Castilla y León, entre los que se encontraban el de Coca y Medina de Rioseco. La consejera de Cultura, María José Salgueiro, y el responsable del Comisariado de los Caminos, Manuel Fuentes, también participaron en el acto.  
ABC
MADRID Martes , 06-04-10

Declaración Institucional de promoción del "Camino de Madrid" (preámbulo)

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Miembros de la Orden acompañando al director de la Casa de Galicia en Madrid (foto: Baffypress).

Preámbulo de la declaración institucional:

El descubrimiento de la tumba del Apóstol Santiago en Compostela, en el siglo IX, convierte al camino que conduce al sepulcro en un trascendental fenómeno religioso y en la más importante ruta de peregrinación de la Europa medieval.

Durante más de diez siglos, el Camino de Santiago ha contribuido a la fraternidad entre personas y pueblos, potenciando la generosidad y la hospitalidad.

El Camino une personas, pueblos, villas, tradiciones y paisajes. El tránsito de los innumerables peregrinos que, movidos por su fe, se dirigían a Compostela desde todos los países europeos, sirvió como punto de partida de todo un desarrollo artístico, social y económico que dejó sus huellas a lo largo de todo el trazado jacobeo.

En la actualidad, el Camino de Santiago, junto al resto de los recorridos que se han ido consolidando en torno al mismo, desempeñan un papel muy valioso para fomentar la cultura de las diferentes regiones españolas, el intercambio de ideas, el respeto al medio ambiente y la vertebración de una identidad europea común, tal y como reconoció el Consejo de Europa en 1987, al otorgarle la distinción de Primer Itinerario Cultural Europeo.

El “Camino de Madrid” es una clara muestra de cómo las rutas jacobeas, año tras año, superan con creces su aceptación y van enriqueciendo, con la aportación y la dedicación de instituciones públicas, entidades privadas y asociaciones, el tradicional y mundialmente conocido Camino de Santiago.

El “Camino de Madrid” muestra, entre otras muchas cosas, cómo revalorizar un recurso único y genuinamente español: las vías pecuarias, al discurrir buena parte de su trazado sobre estas cañadas, reservadas originariamente para el paso del ganado.

El trazado, que une los territorios de las Comunidades autónomas de Madrid y Castilla y León, para adentrarse posteriormente en tierras de la Comunidad Autónoma de Galicia, permite interpretar en su total integridad espacios geográficos únicos, a la vez que pone de relevancia el patrimonio cultural, histórico y natural de las poblaciones y lugares por donde discurre, y facilita el necesario desarrollo económico de extensas áreas rurales.

Los diferentes caminos, y entre ellos de una forma muy singular el “Camino de Madrid”, coadyuvan a ordenar el territorio, a dinamizar áreas rurales despobladas gracias al hospedaje, el turismo de naturaleza o el propio peregrinar, y a generar actividades sostenibles en áreas protegidas, donde se hace preciso promover iniciativas de desarrollo respetuosas con el medio ambiente.

Ligado a este interés, de las rutas jacobeas dimanan otros principios que enriquecen al ser humano, en sus ámbitos espiritual y material, como la perseverancia, el esfuerzo y el sentimiento de acogida que ha de primar en cada una de las poblaciones por las que transiten los peregrinos.

En Cercedilla, a 5 de abril de 2010

Declaración Institucional de promoción del "Camino de Madrid"

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-Feijoo, Aguirre y Herrera recorrieron cerca de un kilómetro del Camino por la ruta de Cercedilla
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Transcribimos a continuación el texto de la declaración firmada por los presidentes de Castilla León, Madrid y Galicia:

REUNIDOS

De una parte, la Excma. Sra. Dª Esperanza Aguirre Gil de Biedma, nombrada por Real Decreto 09/2007, de 19 de junio, (BOE de 20 de junio).

De otra parte, el Presidente de la Comunidad Autónoma de Galicia, el Excmo. Sr. D. Alberto Núñez Feijóo, nombrado por Real Decreto 630/2009, de 17 de abril (BOE de 18 de abril).

Y de otra parte, el Excmo. Sr. D. Juan Vicente Herrera Campo, nombrado por Real Decreto 64/2007, de 28 de junio (BOE de 29 de junio).

En consideración a los valores que se exponen en el PREÁMBULO, acuerdan firmar la siguiente:

DECLARACIÓN INSTITUCIONAL

PRIMERO. El “Camino de Madrid” a Santiago de Compostela es patrimonio de todos: de los peregrinos y de las gentes de las poblaciones jacobeas, así como de sus instituciones respectivas.

SEGUNDO. Es de interés común su conservación y puesta en valor, para garantizar su integridad y otenciar su virtualidad como agente irradiador de valores, cultura y economía, en sí mismo y en su entorno territorial.

Así mismo, ha de estimarse el “Camino de Madrid” como un corredor natural que une paisajes y cosistemas de las tres Comunidades Autónomas, a la vez que fomenta el conocimiento y protección de la biodiversidad.

TERCERO. La hospitalidad es piedra angular de la peregrinación y debe promocionarse a lo largo de todo el recorrido desde Madrid hacia Santiago de Compostela. El peregrino ha de ser respetado y salvaguardado en su peregrinar.

CUARTO. Desde las instituciones autonómicas de Madrid, Castilla y León, y Galicia, regiones por las que discurre el “Camino de Madrid”, nos comprometemos en nuestros respectivos ámbitos de actuación a seguir trabajando de conformidad con la presente Declaración Institucional y a facilitar la participación de cuantos entes locales, asociaciones, entidades públicas y privadas lo deseen, en beneficio de la cohesión, promoción y divulgación del “Camino de Madrid”, para el uso y disfrute de todos y, en particular, de los peregrinos de todo el mundo.

 Y en prueba de conformidad de cuanto antecede, los comparecientes firman el presente documento por triplicado ejemplar, en el lugar y fecha anteriormente referenciados.

sábado, 3 de abril de 2010

La vieira, enseña de Cambados

 

Cambados es un municipio de 14.000 habitantes situado en un espacio geográfico privilegiado, en pleno centro del Valle del Salnés y a orillas de la Ría de Arousa. El cuidado Conjunto Histórico confiere a la Capital del Albariño ese aire romántico y señorial que la convierte en destino turístico de referencia para cuantos visitan Galicia.

Actualmente, Cambados es el único puerto gallego autorizado para comercializar la deliciosa vieira, enseña de este municipio. En 2002, Cofradía de Pescadores, Ayuntamiento y Consellería de Pesca se unieron para poner en marcha la Exaltación de la Vieira, una fiesta muy popular que se hace coincidir con la de la Virgen del Carmen, de enorme arraigo marinero, y que sirvió para relanzar una flota de casi 100 barcos en la que trabajan 250 mariscadores.

Para muchos cambadeses y gallegos, el albariño y el marisco constituyen una especie de mistificación de carácter religioso. Un párroco cambadés bendijo esta afirmación por escrito: “Los curas del Salnés consagran con Albariño el misterio de la Eucaristía…” Asimismo, la tradición ha convertido el maridaje Albariño-Vieira en uno de los peculiares atractivos de la rica gastronomía del Salnés.

En diversos pasajes de la legendaria historia albariñense encontramos también referencias a la vinculación de Cambados con la tradición jacobea, muy interesantes cuando coincide que este 2010 es Año Santo. Las tierras del Salnés y las aguas de la ría de Arousa fueron santificadas por la presencia del Apóstol Santiago, antes de que su cuerpo arribara a Iria Flavia en la barca de piedra, y por eso los peregrinos caminan portando la concha de vieira como símbolo crucial del Camino, además de pervivir mariscos en la ría que llevan inscrita la cruz apostólica. Todos cuantos peregrinan a Compostela se acercan a las Rías Bajas y se detienen en Cambados para visitar sus pazos melancólicos, sus monumentos y sus bellos paisajes, para saborear la vieira además de degustar ese viño algareiro que todo o ouro da terra ten prisioneiro, como recitara nuestro poeta Ramón Cabanillas.

Concha de peregrino

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Catedral de Tournai: Concha de peregrino en el pavimento.

Acuerdo entre la Asociación Cultural de la Vieira y el Ayuntamiento de Cambados

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La Asociación Cultural de la Vieira y el Ayuntamiento de Cambados firman un acuerdo de colaboración para la promoción de la Vieira de Cambados. Del acuerdo, firmado por el Presidente de la Asociación Cultural de la Vieira, Enrique Santín, y el Alcalde de Cambados, Luis Aragunde Aragunde, destacamos los siguientes puntos: 

 1ª.- La Asociación Cultural de la Vieira, que entre sus objetivos viene promocionando la concha de la viera como símbolo jacobeo, hará extensiva dicha promoción a la Vieira de Cambados, cuyo puerto es el único autorizado para la extracción y comercialización de este producto, a través de la Cofradía de Pescadores San Antonio de Cambados o empresa acreditada por ésta.

2ª.- La Asociación Cultural de la Vieira incluirá en sus publicaciones, en su página web y en sus blogs, espacios publicitarios e informativos sobre la Vieira de Cambados.

3ª.- El Trofeo “Vieira de Honor a la Calidad Artística”, que cada año se entrega en las celebraciones capitulares de la Orden, a un destacado artista gallego (en los campos de la música, las artes plásticas, la escenografía, etc.), llevará una placa que acredite el patrocinio del Ayuntamiento de Cambados y será entregado por su Alcalde-Presidente o persona que le represente, en las celebraciones capitulares de la Orden.

4ª.- En las celebraciones capitulares de la Orden, que reúne a varios centenares de personas de la élite gallega en la diáspora, se podrán colocar, en los lugares más adecuados a determinar por el responsable de la organización del acto, carteles, distribuir folletos, proyectar videos, etc. relativos a la “Vieira de Cambados”.

Estamos seguros que esta colaboración será beneficiosa para ambas partes y que la vieira, viejo símbolo jacobeo y viajero, será tambien el símbolo gastronómico de una de las más bellas poblaciones de Galicia, de Cambados, la patria del poeta inmortal Ramón Cabanillas Enríquez.

El obispo Ataúlfo II

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Bermudo II, rey de Galicia desde el año 982

3.3.- El obispo Ataúlfo II. Traemos aquí a este obispo por ser el que consiguió para Compostela la condición de ciudad episcopal. Hasta entonces Iria Flavia había sido el asiento (la sede) y Compostela la residencia real de los obispos; a partir de ese momento se unifican sede y residencia y, por autorización del Papa Nicolás I, la diócesis pasa a llevar los dos nombres unidos pero con precedencia del de Santiago.

Este obispo no tuvo un episcopado muy tranquilo ya que, en su tiempo, los normandos se encargaron de sembrar el terror y la destrucción en todo el valle del Sar. Pero no todos sus enemigos venían del lejano norte, otros más próximos se encargaron de verter sobre él falsedades sin cuento, llegando algunas a acusarlo de sodomía. El buen obispo, deseando acallar todas las maledicencias y acusaciones, decidió coger el toro por los cuernos y, para ello, no se le ocurrió nada mejor que salir a la plaza pública, vestido de pontifical, y enfrentarse a un toro bravo y convenientemente azuzado por los detractores. El juicio de dios le salió bien al obispo pues el toro se acercó mansamente al prelado y sus enemigos quedaron en evidencia.

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Leyenda de San Ataulfo:

Durante el siglo IX, las costumbres en el norte de la Península Ibérica no eran del todo ejemplares. Vivíamos una época impura llena de escándalos monásticos, esposas abandonadas y clérigos con concubinas. Corría el rumor de que el obispo de Compostela, Ataulfo II, quería terminar con los abusos y restablecer la disciplina eclesiástica, aunque para ello tuviera que emplear mano dura, pero tal decisión no gustó nada a cuantos disfrutaban de tales alborotos.

Así pues, una fría tarde de invierno, mi compañero Cadón y yo mismo, Acipilón, recibimos la visita de varios clérigos rebeldes, que muy disgustados ante la intromisión del obispo compostelano, nos rogaron que nos personásemos ante el entonces rey de Asturias, Alfonso III el Magno. Debíamos acusar a Ataulfo de conspirar contra su reinado y de andar en acuerdos con los moros para entregarles las tierras gallegas y así lo hicimos, porque tampoco nosotros queríamos ver reducidos nuestros privilegios. Y no fue tarea ardua convencer al rey, ya que entre sus pretensiones estaba la de terminar con todos los enemigos de su corona.

Presentose un día el citado obispo ante Alfonso III y no había terminado de mostrarle sus respetos cuando, fue llevado preso. Como todo traidor, su castigo sería abandonarle a su suerte ante un toro salvaje.

El día de autos, la plaza donde iba a tener lugar el acontecimiento se hallaba repleta de gente. Todos gritábamos entusiasmados y ansiosos por ver cómo la bestia acababa con aquella poderosa amenaza. Al salir la fiera al ruedo, embistió con carrera acelerada a Ataulfo, pero justo antes de rozar los ropajes del obispo y ante la atónita mirada de todos los presentes, el toro se paró en seco y bajó la cabeza sumisamente permitiendo que Ataulfo sujetara sus cuernos. Arrepentido, comprendí que habíamos cometido un craso error pues, sin duda, aquel día quedó probada su inocencia.

Quiso la historia que estos hechos no cayeran en olvido, y que se inmortalizaran para siempre en un bello capitel del refectorio de la Catedral de Pamplona.